Seurat, La parade |
El trabajo de algunos pintores de este período ofrece ejemplo gráfico de los intentos por reducir las relaciones de profundidad (tres dimensiones) a relaciones sobre una superficie, una recta o un conjunto de puntos (de dos, una y cero dimensiones respectivamente). Un caso notorio es el de Seurat que es quizá el pintor que más extremadamente descompone el espacio tridimensional en elementos de menor dimensión. Elige puntos, que tienen dimensión cero, y como Cantor, relaciones entre puntos (en el caso de Seurat color y densidad, por ejemplo) para describir el espacio tridimensional.
Fijémonos en uno cualquiera de los puntos del cuadro. Si queremos describir qué es lo que caracteriza el punto elegido de la cabeza y hace que se distinga de los del cuello u hombro, necesitamos considerar este punto en relación con otros puntos cercanos a él, en su entorno. Podríamos decir, por ejemplo, que el punto del pelo tiene sobre todo puntos oscuros a su alrededor, mientras que un punto sobre el cuello está fundamentalmente rodeado de puntos más claros.
Cézanne nos ofrece un ejemplo gráfico de los intentos para reducir relaciones de profundidad a relaciones sobre una superficie. Ve un objeto tridimensional y quiere construirlo sobre un lienzo bidimensional.
Cézanne, Château noir |
Un aspecto importante en los cuadros de Cézanne es el estudio de la dimensionalidad. Desde este punto de vista, la combinación de lo plano y profundo en el trabajo de Cézanne es espectacular. Una combinación entre lo bidimensional y tridimensional que consigue utilizando líneas, colores y planos. Raramente encontramos líneas continuas dibujadas alrededor de un objeto. Con colores fuertes y líneas negras y gruesas da profundidad al cuadro y obtiene volúmenes, tridimensionalidad. Pero hay muchos lugares en los que las líneas se pierden, se diluyen con el fondo o simplemente están pintadas a trozos. Estas líneas que desaparecen y se disuelven ponen de manifiesto la bidimensionalidad del lienzo.
Con líneas construye planos, con planos volúmenes. Cuando pinta un árbol, el cielo o una montaña, nunca intenta describir la materia de la que están hechos los objetos. Les da a todos la misma textura plana. Antes de este período, la pintura intentaba adaptarse al tacto y la textura de los distintos objetos, manteniendo lo duro como duro y lo blando como blando. Esto está muy relacionado con establecer la diferencia entre objeto y fondo, entre el espacio como algo exterior y el objeto como lo que habita en el espacio. Gradualmente en pintura, como en matemáticas, "cuerpos" y "espacio intermedio entre cuerpos" son considerados como equivalentes.
CUESTIONARIO 4
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