A través de las matemáticas


A TRAVÉS DE LAS MATEMÁTICAS

¿Qué es la geometría?
Respuesta usual del estudiante de bachillerato: “geometría es la parte de las matemáticas que estudia rectas, planos, círculos, triángulos, cuadrados, ángulos y todas esas cosas”. Aunque muchos no seamos conscientes de ello, cuando pensamos en geometría en términos de rectas, planos, círculos, triángulos, cuadrados, ángulos y todas esas cosas, estamos pensando en la geometría que desarrollaron los griegos clásicos entre los siglos quinto y tercero a.C., un tipo de geometría conocida en matemáticas como geometría euclídea, porque el primer libro que conocemos en el que se explica con detalle esta geometría, Elementos, lo escribió Euclides alrededor del año 300 a.C. La geometría euclídea es la geometría que vemos en el colegio y, de hecho, es prácticamente la única geometría que se estudió en matemáticas hasta el siglo diecinueve.
Al principio, los objetos geométricos “rectas, planos, círculos, triángulos, cuadrados, ángulos y todas esas cosas” se estudiaban como elementos individuales, sin hacer referencia a un ambiente o contenedor. Poco a poco, según empezaban a tomar medidas y a llevar números a la geometría, los matemáticos fueron siendo conscientes de que estaban dando por hecho que los objetos geométricos euclídeos habitaban en un tipo muy específico de espacio con unas propiedades muy específicas. Tal espacio es la primera noción de espacio que encontramos en matemáticas, y fue descrito explícitamente por primera vez en el siglo dieciocho, el espacio euclídeo.
Así, la evolución de la idea matemática de espacio puede ser dividida en dos períodos:

Un primer período que nos lleva de la geometría de los objetos individuales de la antigüedad hasta el siglo dieciocho, cuando el espacio aparece explícitamente descrito en matemáticas como una enorme caja, un contenedor cúbico enorme. Este primer espacio matemático era considerado como una réplica del espacio “real”, el espacio de los fenómenos físicos que experimentamos a diario, y se caracteriza por cuatro propiedades:
-Tiene tres dimensiones: altura, anchura, profundidad.
-Es homogéneo: tiene las mismas propiedades en todas sus partes.
-Es el receptáculo en el que habitan los objetos de la geometría euclídea y es, a su vez, un objeto geométrico en sí mismo.
-No ofrece resistencia al movimiento.

Un segundo período en el que el espacio matemático, tras ser declarado independiente del espacio físico, evoluciona rápidamente; en poco más de un siglo encontramos en matemáticas la noción moderna de espacio como formado por un conjunto de elementos y relaciones entre estos elementos. Ya no es contenedor. Ya no es objeto. Es una red de relaciones entre objetos.
El primer período ha sido estudiado mucho y con profundidad, especialmente desde el punto de vista de sus relaciones con el arte y la arquitectura.
Nos centraremos en describir algunos aspectos de la evolución que tuvo lugar durante el segundo período, el período que nos lleva desde el espacio concebido como un contenedor de tamaño infinito en el que flotan los objetos, hasta el espacio concebido como una red de relaciones entre objetos.
Si reflexionamos sobre ello unos minutos, en seguida nos damos cuenta de que encaramos un cambio drástico en la manera en que miramos en derredor. Un espacio que es tridimensional, homogéneo y euclídeo nos hace pensar en un algo continuo que rodea los objetos. Abandonar esta referencia externa y colocarse sobre los objetos mismos, contando así tan sólo con estos objetos y las relaciones entre ellos como referencia, requiere un salto conceptual tremendo, un salto que no puede tener lugar tan sólo en matemáticas ni tan sólo en geometría.
Intentaremos describir con detalle los cambios surgidos durante los dos últimos siglos en la manera en la que los matemáticos miran en su derredor, e ilustrar las ideas matemáticas con algunos cuadros que se pintaban en las distintas épocas.


Espacio y tiempo: términos usados en filosofía para describir la estructura de la naturaleza. A veces son descritos como contenedores en los que ocurren todos los sucesos y procesos naturales, y a veces como relaciones que conectan tales sucesos. (Enciclopedia Collier´s)

La segunda frase de esta definición nos dice que espacio y tiempo son unas veces concebidos como contenedor, y otras como relaciones. Curiosamente, estas dos palabras, “contenedor” y “relaciones”, describen, respectivamente, las nociones de espacio que encontramos en las matemáticas de los siglos dieciocho y veinte. Los matemáticos de hace dos siglos asociaban espacio con Universo Físico, y creían  (como mucha gente aún cree) que el modelo que describe el espacio como una enorme caja vacía es una reproducción exacta del Universo que nos rodea. Este espacio aceptado como réplica del mundo físico, y conocido como Espacio Euclídeo, como ya dijimos fue el único que se consideró hasta el siglo diecinueve, y puede ser descrito por sus propiedades: un receptáculo cúbico (con tres dimensiones, altura, anchura y profundidad), infinito y homogéneo (que significa que tiene las mismas propiedades en todas sus partes); no ofrece resistencia al movimiento, y está dotado de un modelo analítico (un sistema de coordenadas) que da a los matemáticos una referencia desde la que medir.
Hoy en día los matemáticos describen un espacio (nótese que ya no es “el espacio”, sino un espacio”) como una entidad abstracta que consiste en dos cosas: un conjuntos cualquiera de objetos, y una red de relaciones entre estos objetos. Un espacio puede estar formado por ciertas curvas y relaciones entre ellas, por ejemplo, otro por triángulos y relaciones entre triángulos, etc. Un espacio matemático es como una construcción de ladrillos y cemento, los ladrillos son los objetos elegidos y el cemento las relaciones entre estos objetos.
Estas dos maneras de concebir el espacio, radicalmente distintas, reflejan y dan testimonio del cambio que ha tenido lugar en la manera en  que los matemáticos piensan en el espacio desde Newton (1642-1727), uno de los primeros matemáticos en mencionar la palabra espacio explícitamente, hasta Hausdorff (1868-1942), matemático que definió con precisión la noción contemporánea de espacio matemático.
La evolución en lo que se entiende por espacio en matemáticas, ilustra un cambio cultural en la manera de mirar alrededor que encontramos también en muchos pintores, músicos y escritores, por ejemplo.
El proceso que llevó a los matemáticos desde un espacio visto como contenedor hasta un espacio como red de relaciones tiene dos partes.
En la primera, los matemáticos se libraron de la limitación que suponía el uso de los objetos de la geometría euclídea como únicos ladrillos posibles de un espacio matemático. Esta parte del proceso tuvo lugar, fundamentalmente, durante el siglo diecinueve. Los matemáticos dejaron atrás la noción de espacio-caja y, para principios del siglo veinte, cualquier colección de objetos podía servir como conjunto de ladrillos con los que construir un espacio. (Algunos aspectos de este proceso los ilustramos con cuadros de Velázquez, Goya, Seurat, Cézanne, los Impresionistas y Kandinsky)

Una vez que podemos utilizar objetos cualesquiera como elementos básicos de un espacio matemático, comienza la segunda tarea: desarrollar las herramientas que nos permitirán utilizar estos objetos como ladrillos con los que construir nuestro espacio matemático. Con los puntos de Euclides sabemos construir segmentos, curvas, triángulos…
Pero, ¿cómo trabajar con objetos matemáticos cualesquiera?
Necesitamos algún tipo de cemento que nos permita unir estos objetos unos con otros y obtener con ellos una estructura. Establecer relaciones entre los objetos, formando así una red que nos permite llegar a unos a partir de otros, tomar medidas, compararlos, etc.